viernes, 9 de enero de 2009

Pánico en Gran Via




Hace unos días tuve la oportunidad de comprobar que cuando mis padre y yo nos juntamos podemos llegar a ser muy gafes.
Le pedí que me acompañara a Gran Via a comprarme un móvil. Además llevaba dinero suficiente para comprarme un libro de Ken Follett al que le había echado el ojo.

Llegamos a la tienda de móviles a las 09:40. Una cola de gente esperando a entrar en el Carrefour dispuesta a acabar con las rebajas cual hienas no dejaba espacio en el amplio pasillo. A las 10:00 en punto se abrió “The phone house”. Eramos los segundos pero aún así tuvimos que esperar unos 20 minutos para que nos atendieran, minutos que aproveché para ojear el catálogo y decidir que móvil quería.
Y entonces empezó nuestro martirio: resulta que el móvil que yo quería tenía que pedirlo puesto que ya no les quedaban. Le pedí consejo a mi padre. Ojeamos el catálogo en busca de otro modelo:
- ¿Este que te parece? – Le pregunté
- Es cuestión de gustos, te tiene que gustar a ti, además no tiene tapa – (No sé porque se le metió en la cabeza que un móvil sin tapa para mi no es un móvil, me gustan más pero tampoco pasa nada…)

Pues bien, decidí pedirlo y esperar unos días hasta tenerlo. Pero tampoco, no podían pedirlo por una serie de errores administrativos. Así que, sin móvil, entramos en el Carrefour para comprarme el ansiado libro de Ken Follett que, como marcaba un cartel justo encima suyo, costaba 19,90 euros.

Llegamos a la cola, yo bastante emocionada porque el libro siempre me ha llamado la atención. Ya me imaginaba acostándome hasta las tantas, víctima de la imaginación de un buen escritor. Pero no caí en la cuenta de que estaba con mi padre: somos una combinación poco dada a la buena suerte.
- 30 euros por favor – dijo la cajera.
- ¿Qué? Marcaba 20 euros… - Un brillo de rabia hacia brillar mis ojos.
- Si vas a atención al cliente te pueden abonar los 10 euros de diferencia.

Dejé el libro y me fui. ¿Qué es lo que pasa? En plenas rebajas y no puedo gastar dinero, me lo están poniendo difícil. Puesto que mi padre quería pasarse por el Zara de hombre, pensé que a lo mejor volvíamos a casa con algo, aunque fuera con un jersey. Pero tampoco. Le gustaron un par de cosas pero no se compró nada.

Con 120 euros en el bolsillo y ninguna bolsa en la mano decidimos volver a casa y comprar el móvil por Internet. Fuimos al cajero para pasar el ticket del parking y lo daba por no válido. Bien, estamos aquí encerrados y encima no podemos comprar nada…estuve por comprarme una bufanda, pero seguro que algo iba a surgir.
Con cara de estar más perdidos que una monja en un puticlub, empezamos a buscar a algún guardia de seguridad que nos ayudará a salir de allí. Encontramos a uno bastante amable (estaba hablando con una chica de Atención al Cliente, ahora sí que aprecio a este departamento al que, si sigo saliendo con mi padre visitaré más de una vez, seguro) que nos indicó el camino más corto para cambiar el ticket.
No podía parar de reírme, estábamos llegando a casa y seguía con la risa tonta, la verdad es que hasta lo pasé bien.
Ahora estoy esperando a que el martes me llegue mi móvil a casa, no tengo el libro pero esperaré un par de semanitas para comprármelo y, aunque os parezca mentira, os recomiendo que paséis más tiempo con vuestros padres.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

neni yo estoy de acuerdo hay que pasar mas tiempo con los papis, a veces nos echan mucho de menos, jejeje, y no te preocupes que el movil llegara fijo.muaaaaaaaaaaaa

Anónimo dijo...

Miedo me das tu con tu padre, pero bueno, ¿que es de tu vida? ¿te has olvidado de nosotros? Un beso hermosa *Vicente*

agosto_esquimal dijo...

Marta: sabes que sí, me quedé sin movil y sin libro pero lo pasé bie. Un beso
Vicente: sabes que nunca me olvido de vosotros, pero estoy atrapada en mi pueblo, es algo difícil de explicar. Un beso para ti, otro para Victor.

Anónimo dijo...

jajajaja, cómo me he reído! Qué razón tienes en lo de pasar tiempo con los padres!!
Por cierto, Fellicidades por tu nuevo movil! Hoy te llegará, no?

agosto_esquimal dijo...

Lorraine: me llegó tres dias más tarde de lo previsto. Un beso!