lunes, 18 de mayo de 2009

Disculpas



Las disculpas pueden ser rapidas y sinceras, pueden llegar tarde pero hacer efecto, pueden ser falsas y doler más que un silencio.
Lo peor de todo es esperar unas disculpas. Puede que lleguen, acompañadas de un poquito de rencor por esperar una mala respuesta, o quizás, simplemente lleguen para quedarse solo en palabras.
Esta mañana estaba en mi casa con mi compañera de piso A. Yo, en pijama, con cara de no haber dormido muy bien y con una taza de leche en mi mano, he escuchado el timbre. Entonces he escuchado la voz de F. Venia a casa con la excusa (tonta) de ver a A. Las dos nos hemos quedado con la boca abierta. Me he metido en mi habitación y he empezado a insultar a F. desde la sombra, mientras cogia ropa para ducharme.
Cuando he salido de mi habitación F. se ha asomado por el comedor y me ha saludado. No le he dicho nada, pero creo que con mi cara de despechada ya le he dicho bastante. Me he metido una ducha mientras pensaba qué hacer, así que al salir he ido al comedor (donde estaban los dos charlando animadamente) y le he dicho a A. que me iba a casa de mis padres.
A veces las disculpas, llegan demasiado tarde, a veces es demasiado tarde para perdonar.