viernes, 30 de enero de 2009

Momentazo



Ayer tuve una curiosa pero animada cena con mi amigo Vicente y su novio Víctor Estábamos los tres cenando en la terracita tranquilamente cuando empecé a tararear esta canción. Esto dio pie a tener un momentazo. Vicente se levantó y siendo victima de mi tarareo me puso la canción. Se acercó, me abrazó…y empezó el momentazo.

Víctor se levantó, se puso una bata rosa (que por cierto es de Vicente) cual choni de barrio y empezó a imitar a la cantante. Mientras, Vicente, creyéndose un striper, empezó a bailar la canción como si su vida dependiera de ello.
Fue todo muy bonito y bucólico,

Cuando terminó la cena Vicente me llevó a mi casa en coche. De camino a casa me di cuenta de algo que, aunque parezca un poco triste, es lo mejor que me puede pasar: tengo todo el tiempo del mundo y no tengo prisa.
Y sin prisa alguna, llegué a mi casa, empecé a pensar en lo bien que lo pasaré este sábado con mis M’s y en lo fáciles que pueden resultar las cosas cuando sabes que el tiempo lo pone todo en su lugar.

domingo, 25 de enero de 2009

Creep...



Son las 06:27 de la mañana. Acabo de llegar de fiesta con un par de cervezas que todavía noto en mi boca. No voy borracha, pero estoy borracha de ganas de olvidar más que de recordar.
Puedo decir que me duele, no sé donde guardarte, donde esconder tantas noches que todavía me hacen pensar en que eras diferente. Decir que te he sentido es evidente, pero más evidente es que no has querido verme...
Se acercan muchos, pero todos son comparados, me buscan pero no me encuentran, de alguna manera me escondo contigo…Y a cada minuto voy perdiendo razones para tenerte dentro.
Si es lo que quieres lo haré, pero me costará tanto que seguro que lo notas y te duele, seguro que alguna vez sientes que estoy en alguna parte pensando en que solo quería hacer bien las cosas.
Esta es la última canción que te dedico, puede que te dedique más sin darme cuenta, pero yo diré que esta es la ultima…

sábado, 24 de enero de 2009

Ready for the floor...



Me encanta esta canción, me recuerda a una buena epoca de mi vida, y a gente que hace tanto que no veo...
Me la dedico, porque yo lo valgo, y porque me apetece. Hoy estoy un poco tonta, me esta viniendo el periodo, me duele la barriga y me duele un poco la cabeza. Ayer hice y dije cosas de las que ahora me arrepiento, pero ya no puedo hacer nada, así que lo mejor será olvidar viejos fantasmas.
Me queda tanto por hacer...y no voy a quedarme con ganas de hacer nada. Un beso a todos.

viernes, 16 de enero de 2009

Un día...



Un día me voy a olvidar de tí. Un día. No hoy, no mañana, ni siquiera el año o el mes que viene. Pero un día te voy a ver y voy a pensar: ¿A ese hombre era al que yo amaba tanto? y no voy a poder creerlo.

Un día se te va a olvidar mi olor. Mi olor por la noche, al acercarme, el olor que se concentra en mi nuca y que hoy te gusta tanto. Hoy, que no estás conmigo, pero sé que todavía tienes el olor de mi nuca pegado a tu espalda.

Te vas a dar cuenta de que me olvidaste sólo cuando me veas y te des cuenta de que me olvidaste, tanto, tanto me olvidaste que ni siquiera te provoca odiarme. Que ni siquiera te provoca pensarme cuando llueve y es tarde y no hay nada en la televisión. Y piensas en la escena de la película aquella que a lo mejor intentamos ver juntos pero tú no te acuerdas de que la viste conmigo...y no pudimos acabar de verla...

Un día te vas a olvidar de mí. Ese día va a llegar, y lo peor o lo mejor del caso, es que como yo también voy a olvidarte, ni siquiera va a importarme que me olvidaras..

viernes, 9 de enero de 2009

Pánico en Gran Via




Hace unos días tuve la oportunidad de comprobar que cuando mis padre y yo nos juntamos podemos llegar a ser muy gafes.
Le pedí que me acompañara a Gran Via a comprarme un móvil. Además llevaba dinero suficiente para comprarme un libro de Ken Follett al que le había echado el ojo.

Llegamos a la tienda de móviles a las 09:40. Una cola de gente esperando a entrar en el Carrefour dispuesta a acabar con las rebajas cual hienas no dejaba espacio en el amplio pasillo. A las 10:00 en punto se abrió “The phone house”. Eramos los segundos pero aún así tuvimos que esperar unos 20 minutos para que nos atendieran, minutos que aproveché para ojear el catálogo y decidir que móvil quería.
Y entonces empezó nuestro martirio: resulta que el móvil que yo quería tenía que pedirlo puesto que ya no les quedaban. Le pedí consejo a mi padre. Ojeamos el catálogo en busca de otro modelo:
- ¿Este que te parece? – Le pregunté
- Es cuestión de gustos, te tiene que gustar a ti, además no tiene tapa – (No sé porque se le metió en la cabeza que un móvil sin tapa para mi no es un móvil, me gustan más pero tampoco pasa nada…)

Pues bien, decidí pedirlo y esperar unos días hasta tenerlo. Pero tampoco, no podían pedirlo por una serie de errores administrativos. Así que, sin móvil, entramos en el Carrefour para comprarme el ansiado libro de Ken Follett que, como marcaba un cartel justo encima suyo, costaba 19,90 euros.

Llegamos a la cola, yo bastante emocionada porque el libro siempre me ha llamado la atención. Ya me imaginaba acostándome hasta las tantas, víctima de la imaginación de un buen escritor. Pero no caí en la cuenta de que estaba con mi padre: somos una combinación poco dada a la buena suerte.
- 30 euros por favor – dijo la cajera.
- ¿Qué? Marcaba 20 euros… - Un brillo de rabia hacia brillar mis ojos.
- Si vas a atención al cliente te pueden abonar los 10 euros de diferencia.

Dejé el libro y me fui. ¿Qué es lo que pasa? En plenas rebajas y no puedo gastar dinero, me lo están poniendo difícil. Puesto que mi padre quería pasarse por el Zara de hombre, pensé que a lo mejor volvíamos a casa con algo, aunque fuera con un jersey. Pero tampoco. Le gustaron un par de cosas pero no se compró nada.

Con 120 euros en el bolsillo y ninguna bolsa en la mano decidimos volver a casa y comprar el móvil por Internet. Fuimos al cajero para pasar el ticket del parking y lo daba por no válido. Bien, estamos aquí encerrados y encima no podemos comprar nada…estuve por comprarme una bufanda, pero seguro que algo iba a surgir.
Con cara de estar más perdidos que una monja en un puticlub, empezamos a buscar a algún guardia de seguridad que nos ayudará a salir de allí. Encontramos a uno bastante amable (estaba hablando con una chica de Atención al Cliente, ahora sí que aprecio a este departamento al que, si sigo saliendo con mi padre visitaré más de una vez, seguro) que nos indicó el camino más corto para cambiar el ticket.
No podía parar de reírme, estábamos llegando a casa y seguía con la risa tonta, la verdad es que hasta lo pasé bien.
Ahora estoy esperando a que el martes me llegue mi móvil a casa, no tengo el libro pero esperaré un par de semanitas para comprármelo y, aunque os parezca mentira, os recomiendo que paséis más tiempo con vuestros padres.

sábado, 3 de enero de 2009

Tal vez...



Tal vez no era pensar, la fórmula, el secreto,
sino darse y tomar perdida, ingenuamente,
tal vez pude elegir, o necesariamente,
tenía que pedir sentido a toda cosa.
Tal vez no fue vivir este estar silenciosa
y despiadadamente al borde de la angustia
y este terco sentir debajo de su música
un silencio de muerte, de abismo a cada cosa.
Tal vez debí quedarme en los amores quietos
que podrían llenar mi vida con un nombre
en vez de buscar al evadido del hombre,
despojado, sin alma, ser puro, esqueleto.
Tal vez no era pensar, la fórmula, el secreto.
sino amarse y amar, perdida, ingenuamente.
Tal vez pude subir como una flor ardiente
o tener un profundo destino de semilla
en vez de esta terrible lucidez amarilla
y de este estar de estatua con los ojos vacíos.
Tal vez pude doblar este destino mío
en música inefable. O necesariamente...